martes, 23 de agosto de 2011

Morir Luchando Y No Por Cobarde ..


                               Morir Luchando Y No Por Cobarde
Mi Nombre es Claudia García Cedeño, Tengo 20 años, Vivo en Esmeralda.
Esta es mi Historia….
En el año 2002, empecé con molestia en mi cuerpo, me dolía muy fuerte la espalda y los ganglios se me inflamaron. Tenía 5 Meses de haberme comprometido con Ramiro. Fuimos al médico y me hicieron exámenes en los cuales, supuestamente, no tenía nada malo, al contrario me dieron una linda noticia, que tenía un embarazo de más o menos 3 semana
– ¡Que alegría!                             
Bueno, solo decía seré madre tan joven. Pero era algo hermoso y tanto él como yo estábamos muy felices. Sin embargo, las molestias continuaban, me llevaban de un médico  a otro  y nada, me hacías exámenes y decían que no salía nada, y los ganglios continuaban creciendo, cada día eran más grandes, y el dolor de espalda seguía
De  pronto Salí menstruando, y yo decía: que paso Dios, si los médicos me habían dicho que estaba embarazada, ¿Por qué menstrúo? Me llevaron de inmediato al médico, me hice ecografías y el resultado decía que tenía un embarazo fuera del útero y no se pudo hacer nada porque el  embarazo era de poquitas semanas.
Se acabo todo, felicidad, ilusiones, absolutamente todo.
Las molestias continuaban, el dolor de  espalda ya era insoportable, tenia mucha fiebre, tos y los ganglios estaban bien grandes, y en poco semanas era una chica light. Estaba muy delgada, me daba rabia con las otras personas, como si ellas tuvieran culpa de lo que me estaba pasando.
Me sentía muy mal, me internaron en un hospital en la ciudad de esmeraldas. Para mi todo era extraño, pues nunca había estado ingresada en un hospital, miraba a las demás personas que se encontraban ahí, y me decía: -Ay Diosito, cuantos días estaré aquí-, me sentía tan mal, creía que me iba a morir, las demás personas que se encontraban hay me preguntaban que tenia, y no le respondí nada, no quería hablar con nadie. Recuerdo que no me podía ni sentar, el dolor me doblegaba y la tos no me dejaba comer, sudaba mucho por las noches. En ese hospital me hicieron varias radiografías y los médicos no daban un diagnóstico, decían que sospechaban que era una NUEMONIA. A mí me dabas iras, pensaba que eran tantos exámenes y no decían que tengo.
Pasaban días y noches, y yo ahí. Mi familia y Ramiro estaban desesperados, ya tenía 15 días en aquel hospital y no mejoraba; estaba cada vez mas flaca, entonces decidieron pedir el alta para llevarme a otro medico.
Salimos de ahí y me llevaron donde otro especialista, me mandaron otras recetas y mejoría para mí no había. Era tal la desesperación que me llevaron inclusive donde unos curanderos. Después me llevaron hasta Santo Domingo, allá también visitamos a médicos, curanderos  y yo seguía igual. Me quería morir; Decía: -ya bata Dios, si es mi tiempo de morir, basta ya. Ya no mas experimentos –
Después de un largo viaje desde Esmeralda hasta San Vicente –Manabí, llegamos a las 12 del día al consultorio del Dr. Daniel Yankis, me hizo ecografías y le dijo a mi padre que me llevaran a Portoviejo, donde la Dra. Ruth Armijos, nos dio la dirección y el teléfono.
Recuerdo bien  lo que el doctor le dijo a mi papi: Por favor, llévela lo más pronto donde la doctora, no la lleve donde ningún otro médico.
Nos regresamos a Esmeralda, después de dos días fuimos a Portoviejo, viaje con Ramiro, pues el tenia una hermana que vivía en Portoviejo, nos hospedamos en la casa de ella. Al día siguiente fuimos donde la Dra. Ruth, agarramos turno y nos sentamos a esperarla. Para mí fue sorprendente conocer a la Dra. Ruth, desde el primer momento que la vi tuve fe. Había estado con tantos médicos y no habías encontrado un medico tan amable como ella. Le explicamos todo, me dio órdenes  para exámenes, y una pastilla para los dolores y la fiebre.
Al siguiente día me realicé los exámenes, me sentía mejor, el dolor de espalda había disminuido, ya no tenía fiebre. Me hicieron una biopsia, tenia tanto miedo, creí que era my doloroso pero no, el Dr. León me dijo: Tranquilita, que solo va a doler la pinchada de la jeringuilla, y así fue, me sacaron un ganglio, me cosió y listo.
Pasaron dos semanas y tuve consulta médica.  Los resultados de los exámenes estaban listos. La doctora me dijo que tenía un “Un linfoma de Hodgkin” y que el tratamiento era, aproximadamente, de 8 meses y había hacerlo en SOLCA. (Sociedad de lucha contra el cáncer ) Yo no sabía que era Linfoma, y el miedo a saberlo hizo que no le preguntáramos, tan solo le dijimos a la doctora, Okey nos vemos en SOLCA.
 El solo saber que el tratamiento era en SOLCA me daba miedo. Llegó el día, fuimos a SOLCA, abrimos abrimos carpeta, después entramos con la doctora y dijo que tenia que hacerme Quimioterapia. Ahí  si preguntamos que era Linfoma. Ella nos explico que era un tipo de cáncer, pero que era muy curable, que muchas personas habían tenido esta enfermedad y que habían respondido muy bien a su tratamiento, y que estaban bien. Que no tuviera miedo, que todo iba a salir bien.
Llore bastante, pero tuve a mi lado a Ramiro quien me supo decir –Tranquila todo va a salir bien –no llores- estamos juntos y vamos a salir de esto.
Mi Primera Quimioterapia.
Entré al área de Quimio, vi a muchas, personas, sentadas, canalizadas de un brazo, conservaban entre ellos, Me senté una licenciada me canalizo de un brazo, me dolió el primer pinchazo, luego llegó la Psicóloga, Inés, se hizo amiga de nosotros, conversó bastante y junto a otras licenciadas nos explicaron lo que provoca las quimioterapias, el solo saber que mi cabello se iba a caer me daba terror.
Las quimioterapias me provocaban vómitos, mareos, náuseas y mucho fastidio a algunas comidas, mi cabello no se me calló; me hicieron seis ciclos de quimioterapia, las manos me dolían mucho, fue difícil pero contaba con alguien muy importante para mí, Ramiro. El estuvo a mi lado en cada quimio apoyándome y cuidando de mí.
Luego la doctora me planifico para Radioterapia, y no me quise hacer, me daba miedo, no quería saber nada, quería olvidad de mi enfermedad, de que existía SOLCA. En ese transcurso Ramiro cayo un poco enfermo, pasamos tantas cosas, no quería ir a SOLCA, pero la incertidumbre y mi conciencia me hacían sentir mal, por haber abandonado mi tratamiento. Pasaron varios meses y los ganglios nuevamente se me inflamaron y comencé otra vez a sentirme mal. Ramiro decía, tienes que volver a SOLCA, y yo decía pera entre mi, “Claro como a él no le duelen las pinchadas y no sientes los malestares”. Tenía miedo que la enfermedad avanzara,  había pasado siete meses y decidí regresar: sabía que la doctora me iba a regañar, y así fue. Me hablo, no respondí nada, sabía que ella tenía la razón. Reconozco haber abandonado mi tratamiento, fue el error más grande que cometí.
Me volvieron a hacer exámenes, tomografías, ecografías, y había recaído, la Dra. Dijo: empezaras nuevamente tu tratamiento desde cero. Me cambio el esquema, me explicó: vas a hacer ocho ciclos de quimioterapia, yo estaba decidida a soportar todo los malestares de la quimio, pero esta vez no abandonaría mi tratamiento. Justo en ese momento a Ramiro le salió una  beca  para seguir sus estudios Universitarios y le tocó irse. Sin duda, esto fue lo más duro que pude atravesar, se iba la persona que estaba a mi lado, que sabía todo sobre mi enfermedad, la que estuvo en cada quimio, cuidándome y dándome apoyo, el imaginarme estar sola, era lo más duro.
Pero todo esto me daba fuerza, porque tenía mil ilusión, tenía fuerzas para seguir y hacer de todas estas ilusiones una realidad. Continúe con mis quimios, esta  vez si se me callo el cabello con el primer ciclo. Pensé que estaba preparada para eso, pero no, al verme así fue horroroso, me miraba a un espejo y parecía monstruo ¡sin pelos, pestañas ni cejas!
Cuando estaba en SOLCA, no me sentía tan extraña, porque veía a mis amigos, igual que yo, pero donde vivo no me sentía bien, porque no había otro caso así, o sea solo y era la “Pelada”
Pasaron meses y gracias a Dios no tuve malestares como antes, no me dieron nauseas, ni mareos, lo único que se afecto fue mi carácter, quería estar sola  detestaba los ruidos, no me gustaba hablar sobre lo que me estaba pasando, solo salía de la casa a SOLCA. No me gustaba que cuando iba por la calle, en el bus o en el centro comercial, todo el mundo me miraba rara, me daba iras sentirme diferente a los demás (Sin cabello).
Casi todos los ciclos de quimioterapia estuve sola, al principio fue  muy difícil superar eso, poco a poco me fui acostumbrando, hasta que lo logré.
Pasaba el tiempo y yo hacia todo lo que la doctora me indicaba, después se me destruyeron las venas por efecto de la quimioterapia, esa etapa de hospitalización fue difícil porque me encontraba sola en Portoviejo. Lo más lindo es que me di cuenta que las Licenciadas, psicólogas, y mis amigos estaban pendientes de mi, y Reflexione: Ay Dios, y yo que pensé que me encontraba sola, pero No, estaba con Dios y con todas las personas que se encontraban a mi alrededor  y me querían muchoJ...
Luego de los ochos ciclos de quimioterapia la Dra. Me dijo, tienes que hacer la radioterapia en Quito, yo dije para entre mi ¡qué!  Si no conozco a nadie allá pero le dije que estaba bien. Me hicieron todos los exámenes, la transferencia y listo, viaje a Quito. Por suerte, una amiga se encontraba en la ciudad, recibiendo radioterapia, y ella me ayudo a hacer mis tramites, me hospede en un albergue muy cerca de SOLCA, hice todos los tramites, después me llamaron, me hicieron lo simulación y empecé el tratamiento de veinte sesiones de radioterapia que duro un mes.
En este transcurso sucedió lo más terrible, bueno, para mí, Ramiro había encontrado otra persona en su vida y se olvido de mí. Reconozco que me afecto mucho, me sentía decepcionada, era algo como increíble, quise dejar todo, era imposible creerlo, yo decía, se olvido de todo en tan poco tiempo, dónde quedan las promesas, de verdad fue algo terrible. Pero dije, he luchado tanto por mi vida, he pasado duras circunstancias y sola, y entonces ¡qué!  –seguiré luchando esta será una razón más de luchar por mi vida, y así fue.
Volví hacerme todo los exámenes y salió bien. Por efecto de las radioterapias, se me daño parte del cuello, pero con crema mejoré. Siempre le tuve miedo al examen de biopsia nodular, pero gracias a Dios salió negativo. La doctora me dijo, Claudia, te voy a ver cada mes, pasaron varios meses y después me dijo, será cada dos meses, y bueno así fue.
Aunque parezca extraño en ese momento me di cuenta que me había acostumbrado a SOLCA  extrañaba a mis amigos, a la doctora, psicóloga y a las enfermeras. Era raro porque antes no me gustaba entrar a SOLCA, tan solo con mirar el hospital me dolía la cabeza, me sentía mal y peor si entraba al área de quimioterapia. Sin darme cuenta, me había acostumbrado hasta a los viajes largos desde Esmeraldas a Portoviejo.
En febrero del 2010, tuve el honor y la suerte de haber participado en el “Primer encuentro Internacional de Jóvenes  contra el cáncer” en la ciudad de Quito, es la experiencia más hermosa que he vivido. Me pude dar cuenta que hay muchos jóvenes de todo el mundo, que han luchado o luchan con esta terrible enfermedad, pero que gracias a Dios y al esfuerzo de cada uno de ellos están bien. Me di cuenta que tener cáncer no es un impedimento de seguir adelante con nuestras vidas, que hay muchos chicos y chicas que tienen muchos años fuera de tratamiento y que están bien. Que nada es imposible, que si tenemos fe y paciencia y hacemos un esfuerzo, si podemos –si se puede-.  Tuve la oportunidad de disfrutar con mis amigos unos días maravillosos que nunca, nunca olvidare.


Yo se que luchar contra el cáncer es duro, que hay momentos en los que uno reniega de Dios, pues yo también lo pensé: -Diosito, porque me paso esto ¡Porque tengo esta enfermedad! ¿Por qué a mí? Pero después entendí….
 Esa fue una oportunidad de conocer a todos mis amiguitos, porque si no, no hubiera disfrutado de todos esos momentos hermosos, no hubiera tenido la oportunidad  a SOLCA y de saber que SOLCA, es Sociedad de Lucha contra el cáncer.
No hubiera conocido a mis a mis amigos, a mis héroes. No hubiera tenido la oportunidad de conocer el cráneo de mi cabeza, de haberme visto, sin cejas, sin pestañas, de haberme visto diferente a los demás, de saber que es un mito el decir; sin pestañas no se ve…. No hubiera tenido la dicha de ver cómo cada día en mi cabeza crecía un nuevo cabello. No hubiera tenido la oportunidad de utilizar pelucas, y juntos con mis amigos reírnos de nuestras cabezas peladas.
No hubiera conocido a mi mamá postiza, a mi ñañis postiza, (Vicky), de haber disfrutado esos momentos lindos e inolvidables que vivimos juntos.
No hubiera tenido la oportunidad de escribir mi historia. Sé que es duro volver a recordar cosas que duelen –pero vale la pena.- Ver hasta donde he llegado y que gracias a Dios estoy bien, escribiéndoles mi historia en este papel y así poderles decir –Fuerza muchachos, con fe todo se puede, todo es un reto, afrontémoslo-
En SOLCA, he vivido momentos felices y muy duros en los que perdí a mis mejores amigos/as a mi ñañis. Sé que no puedo verlo, ni volver a conversar con ellos, pero se quedaron aquí, en mi corazón, con el más lindo recuerdo de haber compartido muchas cosas, de haber luchado juntos.
Todos los soldados no sobreviven de una guerra, pero son héroes porque murieron luchando, porque no se dieron por vencido y son ejemplo para los que aún estamos aquí, porque lucharon hasta el último instante.
Yo gracias a Dios estoy bien, tengo un año tres meses fuera de tratamiento, para mí es un milagro haberlo superado, y si un momento vuelvo a recaer, volveré a luchar.
Hasta el momento todo está bien y espero siga así. Retome mis estudios secundarios, pues nunca es tarde para estudiar y superarse. Tengo consulta médica cada tres meses. Bueno pero voy a SOLCA cada mese por el mejor motivo, ver a mis amigos/as.
Estoy en un grupo juvenil de mi comunidad que pertenece a la iglesia y es algo hermoso que me ha ayudado mucho, me ha dado fuerza para salir adelante, sus integrantes son lo máximo y yo me siento bien. Cuando estamos juntos me siento como un bebé mimada y engreído, me cuidan y yo los quiero mucho.
Fue duro volver a recordar y escribir esta historia, pero se quedará en lo que es una simple historia.
A Mis Amigos.
Por favor chicos, no abandonen sus tratamientos, luchen, no se den por vencidos.
Sé que es muy duro y largo el camino, pero pasara, todo pasara. Cuando empecé mi tratamiento pensé, me falta mucho y sin darme cuenta había pasado muchas cosas y ya sólo me faltaba la última quimio. Este tratamiento es temporal, va a pasar, llegará el momento en que ustedes terminen sus tratamientos y solo quedaran los recuerdos.
Recuerdo que siempre me dije: “Morir luchando y no por cobarde”

Si  te detienes un momento y miras a tu alrededor, te darás cuenta que todas las personas tenemos problemas, unos de salud, y otros personales, unos con problemas leves, otros más difíciles. Pero creo que “La vida sin problemas no es vida”.
Sonríe a pesar de ellos, aunque de tus ojos salgan lágrimas, haz que tus labios broten una sonrisa. Recuerda, Dios está contigo y El te dará las fuerzas suficientes para seguir. Sólo abre tu corazón para que El viva contigo para siempre. Pero también depende de ti, se optimista. Ten presente que muchas carreras se han perdido sin haberse ocurrido, y muchas personas han fracasado, sin haberlo intentado. No te rindas, no hay problemas infinitos, todos tienen soluciones, solo depende de ti. La batalla de la vida no la gana el hombre fuerte, sino el que cree poder hacerlo; “La fe es la fuerza de la vida”.
Mis Agradecimientos.
A Dios por darme otra oportunidad de vivir, y brindarme lo que siempre le pedí (Fe, paciencia y mucha fuerza) A la Dra. más bella del mundo, Ruth Armijos, Gracias doctora por ser tan linda con tus pacientes, para mí no fuiste solo mi doctora, te convertiste en una amiga que estuvo en todo momento del tratamiento, me vistes llorar, reír, y me distes muchos consejos TQM.
A dos seres maravillosos, Laura y Arturo, Gracias por estar conmigo en los momentos más difíciles y por su apoyo brindado. A las psicólogas Inés y Lourdes, Gracias por haberme escuchado y ayudado en cada instante. Al Departamento de Trabajo Social, Gracias Licenciadas por darme su apoyo. A todo el personal que conforma SOLCA Portoviejo, muchas gracias, porque Gracias al esfuerzo que dan día a día han logrado esto, un maravilloso Hospital.
A todo mis amigos/as, los quiero mucho y gracias por todo, por su amistad, por los momentos lindos que hemos vivido juntos. Gracias amigos.  A mi familias, y a todas las personas que me ayudaron me supieron escuchar, al personal del Albergue Padre Matías Mujica, “Gracias este ha sido mi segundo hogar”. A las Licenciadas enfermeras Jennifer, Anita, Lina  a todas las que estuvieron conmigo durante el transcurso de mi tratamiento por su paciencia, su amistad y su lindo trabajo.
Los Quiero.
Claudia.

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